sábado, 25 de octubre de 2008

de terror


y no, no es que me ambiente en halloween, fiesta que me repatea bastante, me refiero a la sensación que te entra cuando estás tranquilamente tomándote una copa y entran ocho policías de la nacional y doce municipales, con casco, pasamontañas, chaleco antibalas, linternas enfocándote a la cara y otros adminículos. al final resulta que es una redada en toda regla, imagino que en busca de drogas, en la que se producen algunos hechos desconcertantes. cuando llevamos más de un cuarto de hora quietecitos en nuestro sitio, le pido a la camarera que me dé un vaso de agua, ella, muy precavida, pide permiso para dármelo, cosa que provoca automáticamente que se la lleven para registrarla. después de eso, me pasa una botellita sin que nadie se entere y yo se lo agradezco con un guiño y una sonrisa (no creo que hablar fuera buena idea). tras otra larga espera, al fin uno de los tres inspectores (no sé qué cargo tendrían pero yo les llamo así porque iban de paisano y a cara descubierta) me pide la documentación, me hace vaciar bolsillos y riñonera y me dice que me puedo ir, así que cojo mi bajo y mi chaqueta (que no registran) y me voy, pensando que podría llevar quince quilos de coca en la funda o un fusil de francotirador o lo que sea y pasan de mí. será que tengo cara de buena persona o es que se fían de los músicos. la verdad es que intenté tomarme una más en otro local pero se me pasaron bastante las ganas y el pedete, así que aunque me entretuve un poquito hasta llegar a casa, no fue un fin de fiesta tan bueno como prometía la noche

jueves, 23 de octubre de 2008

plurifacidad




no me gusta que la gente tenga dos caras, que hablen delante de uno de una forma y de espaldas de otra, el paso de la sonrisa al sarcasmo, el hablar bajito o en código, no me gusta aparentar estar de buenas si no lo estoy, me voy, resoplo, me tranquilizo y vuelvo, puede que serio, pero tranquilo. me da igual lo que piensen los demás y que cuchicheen lo que quieran, yo no quiero hacerlo. puede que la hipocresía forme parte de las conveniencias sociales, del trato sostenible, pero eso no impide que lo deteste y que no me guste como método.

miércoles, 8 de octubre de 2008

poniendo el dedo en la llaga (¿o era en otro sitio?)


hallándome yo solo a altas horas nocturnas y con más cerveza en mis venas que en mi mano, oigo por cercanía una conversación entre dos parejas en la que una chica saca el tema del orgasmo masculino a través de la estimulación anal. a lo que uno de los contertulios, peinado a lo cortinilla y vistiendo camisa a rayas y pantalón de pana con cinturón a la altura del ombligo, sentenció que eso era un mito y que él no estaba dispuesto a probar, pues no había nada que probar, que eso era una práctica de homosexuales. metiéndome donde no me llaman y pidiendo disculpas por ello, declaro que debería probarlo pues tal experiencia es harto satisfactoria y placentera de compartir con tu pareja, sea de tu mismo sexo o no. él, muy molesto me dice que es una conversación privada y que no me meta, que su razón no le falta, pero ya se sabe, en los bares te encuentras cada personaje...

en fin, observando cómo reaccionó y viendo la oportunidad desde mi aburrimiento, insistí sobre el tema, hablando yo cada vez más bajito y molestándose más él, mientras yo esgrimía razones favorables hacia tal práctica sexual. a cada ejemplo que yo ponía, más se enfadaba y menos cosas decía y deduzco que menos me escuchaba. al final, yo hablaba muy bajito, y él casi colorado, sólo decía muy fuerte "que te calles, que te largues". prolongué la situación un poco más, hasta el límite en que vi que la violencia verbal podía llegar a materializarse. disculpándome ante los otros tres estupefactos tertulianos (quizá no conocieran esta vena homófoba de su amigo) por la intromisión y con una gran sonrisa hacia mi unilocutor (no se interrelacionaba conmigo para nada, sólo pretendía la anulación de mi discurso) me di la vuelta en mi taburete y seguí tomándome mi cerveza hasta que llegó una chica brasileña bastante más amable que mi escolástico recién conocido, con la que no saqué el tema de la estimulación prostática pues lo consideré prematuro y casi de mal gusto a no ser que ella sacara el tema.

cosas de la noche