viernes, 29 de noviembre de 2013

no damos para tanto

viendo que los pintores terminan haciendo autorretratos, los escritores escriben sobre la vida de escritores miserables, los cantantes componen sobre lo bien o lo mal que lo pasan con el amor, los actores interpretan obras sobre el mundo del teatro, etc. pienso que los artistas, para ser personas que trabajan con su creatividad, a veces no vemos más allá de nuestras propias narices y sólo podemos manejar lo que ya conocemos.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

la parábola de la viejita y el banquero

en una iglesia del centro se encontraban en el mismo banco, una viejita ataviada con unas desgastadas y raídas vestiduras y un banquero que intentaba que su traje no rozara a la vieja y miraba un poco de lado para evitar su olor. ambos estaban rezándole al mismo dios y atendiendo al mismo rito. llegó ese momento en que el cura hace circular unas bandejas para obtener dinero para los pobres o para él, según le sobre más o menos, y al llegar a aquel banco, la viejita vació sus bolsillos y depositó en la bandeja las monedas que encontró. el hombre encargado de sujetar la bandeja se la acerco al banquero, que rebuscó en su cartera y encontrando el billete más pequeño que pudo entre un gran fajo, lo depositó también en la bandeja.
el hombre de la bandeja vio cómo la viejita miraba con cara de rabia al banquero y al terminar su recorrido limosnero se acercó al cura y le susurró unas palabras al oído mientras le mostraba como él mismo ponía un billete de los grandes en la bandeja.
entonces el cura se dirigió al púlpito y dirigió estas palabras a su congregación:
"bienaventurados aquellos que dan lo que pueden porque ellos recibirán lo más grande de nuestro señor. bienaventurados los mansos porque ellos agradan a dios."
el hombre de la bandeja vio como la viejita alegraba sus ojos y salía de la iglesia feliz. luego el banquero se le acercó  y le dijo entre una gran sonrisa: "no nos equivocamos al financiar tu carrera de político".