cuando al corazón le fallan las fuerzas contra el dolor, sólo pide muerte.
quizá veneno, o aire bajo los pies, o un lametazo de acero.
lo peor de la soledad es estar sentado en el puerto, viendo cómo parten los barcos.
Esto es un cajón de sastre donde van a ir a parar los retales que no tienen cabida en ningún otro lugar. Algunos con algún sentido, otros no serán más que estupideces. Lo que no va a haber es coherencia.
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