comerse una fondue para dos de una tacada yo solo. por urgencia, sin necesidad. casi ha pasado un año desde que la compré y no he invitado a nadie a comérsela conmigo. cada trocito de pan es casi una pena, que soplo con la esperanza de que no me arda en la boca y de que no me pase y esté frío. con un pincho moruno ensarto los pedacitos. la televisión monologuea conmigo. no hay vino blanco, no hay postre...
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