jueves, 12 de julio de 2012

palito

la obra me aburría un poco. por no bostezar, me entretenía resiguiendo el dobladillo de mis pantalones cortos con los dedos, como el que juega con una pajita. todo transcurría monótonamente hasta que me pinché un poco. había algo duro en la tela. a oscuras lo palpé y tenía el tamaño como de un grano de arroz pero fino como una aguja, como esos tronquitos que te encuentras en el bote de orégano. hice que atravesara la tela, cosa que sucedió fácilmente, y dejé los pantalones para entretenerme con aquel palito. seguí mirando la obra. me dio la impresión de que no me había perdido nada. indolente, intenté prestar atención por un rato a los diálogos. sin saber cuándo ni cómo había ocurrido, estaba jugando con algo del tamaño de un bolígrafo entre mis dedos. la oscuridad del teatro me impedía ver qué era lo que estaba sujetando. la curiosidad me atenazaba pero el respeto por la obra me impedía alumbrar de ninguna manera mis manos. seguía dándole vueltas y parecía crecer por segundos. la obra perdió el poco interés que me suscitaba y dediqué mi atención a aquel objeto que no podía identificar. parecía que cuanto más lo palpaba más crecía. asustado noté como lo podía agarrar ya con las dos manos. se alargaba y yo intentaba mantenerlo lejos de las piernas de los que estaban sentados a mi lado. al poco lo tuve que dejar apoyado en mis rodillas pues pesaba ya demasiado como para sostenerlo de forma prolongada. de pronto, telón, luces, yo sudando y en pánico por no poder explicar de dónde había salido semejante tronco. aplausos, la gente se pone de pie y yo desconcertado, mirando en la palma de mi mano un trocito pequeño de madera que tiro al suelo como si me quemara. salgo a hurtadillas mientras en el escenario los actores entran y salen repetidas veces recibiendo un aplauso un tanto desmesurado para la obra que acaban de representar y no, me repito que no, que no ha sucedido, que sólo ha sido mi imaginación navegando en la metafísica.

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