viernes, 19 de octubre de 2018

la manzana en el andén

de un verde brillante, casi al final del andén y casi en el centro. así estaba la manzana. un poco magullada por la caída, seguramente de alguna mochila medio abierta, o de alguna bolsa de plástico muy llena. entera, no es basura, se podría comer. pero está en el suelo, nadie la recoge y nadie se la comerá. demasiado entera para que la echen a la papelera, pero ya ha tocado suelo, no se sabe de dónde viene, ya no es válida para la gente de bien. sólo dos destinos le son posibles: o la escoba del funcionario, o el hambre del mendigo. un acto trivial del destino se convierte en cruel por culpa de todos los ojos de que la miran. y yo paso al lado pero tampoco hago nada.

lunes, 8 de octubre de 2018

la caja del ratón

el pelo de colores y muchos pendientes. sujetaba una caja a media altura, como una ofrenda humilde a un dios menor. la caja tenía unos agujeritos y lleva impresa en sus lados un hámster, un hurón, un jerbo y un ratón. ella miraba por algún agujero de vez en cuando, quizá por preocupación, quizá por curiosidad, quizá por interés.
puede que un ratón no merezca una pena, pero de repente he pensado en esa imprenta, aquélla de donde salen cartones troquelados e impresos. una máquina enorme escupiendo las preformas de las cajas, cayendo y apilándose una a una en una montaña. y en cada una, un pequeño roedor hará un viaje desde una tienda, a una jaula donde pasará el resto de sus días. y entonces comprendo que un palé de cartón aúna los egoísmos de muchos, y resume la crueldad del ser humano.