sábado, 25 de octubre de 2008

de terror


y no, no es que me ambiente en halloween, fiesta que me repatea bastante, me refiero a la sensación que te entra cuando estás tranquilamente tomándote una copa y entran ocho policías de la nacional y doce municipales, con casco, pasamontañas, chaleco antibalas, linternas enfocándote a la cara y otros adminículos. al final resulta que es una redada en toda regla, imagino que en busca de drogas, en la que se producen algunos hechos desconcertantes. cuando llevamos más de un cuarto de hora quietecitos en nuestro sitio, le pido a la camarera que me dé un vaso de agua, ella, muy precavida, pide permiso para dármelo, cosa que provoca automáticamente que se la lleven para registrarla. después de eso, me pasa una botellita sin que nadie se entere y yo se lo agradezco con un guiño y una sonrisa (no creo que hablar fuera buena idea). tras otra larga espera, al fin uno de los tres inspectores (no sé qué cargo tendrían pero yo les llamo así porque iban de paisano y a cara descubierta) me pide la documentación, me hace vaciar bolsillos y riñonera y me dice que me puedo ir, así que cojo mi bajo y mi chaqueta (que no registran) y me voy, pensando que podría llevar quince quilos de coca en la funda o un fusil de francotirador o lo que sea y pasan de mí. será que tengo cara de buena persona o es que se fían de los músicos. la verdad es que intenté tomarme una más en otro local pero se me pasaron bastante las ganas y el pedete, así que aunque me entretuve un poquito hasta llegar a casa, no fue un fin de fiesta tan bueno como prometía la noche

1 comentario:

Mini Alf dijo...

A ver si actualizamos, campeón!