martes, 26 de febrero de 2013

la vida secreta de los imperdibles

¿quién puede resistirse a la ténue fascinación que produce abrir y cerrar uno de estos objetos cuando caen en nuestras manos? los imperdibles son esos objetos misteriosos que deben su naturaleza mágica a la palabra por la que se les designa. si se hubieran llamado agujas con muelle en medio y enganche al final, por decir algo, no les ocurriría nada de lo que os voy a contar. el imperdible, por culpa de su nombre, no puede perderse. cuando ese terrible hecho está a punto de suceder tiene que transmutar al instante, ya que encontrar un imperdible crearía una paradoja mística que podría acabar con las leyes que rigen el universo. así pues, cuando alguien pierde un imperdible lo que sucede es que se convierte en otro objeto para poder ser encontrado sin vulnerar el orden cósmico. de este modo, si se pierde en un colegio, adoptará la forma de un lápiz roído o de una goma de borrar sucia, para acabar apareciendo en el plumier de algún estudiante, que no recordará cuándo lo guardó, o para qué, pero se quedará ahí. si la pérdida sucede en medio de la calle, una moneda suele ser lo más habitual, para poder volver a su ser en cuanto encuentre cobijo en un monedero cerrado, o mezclarse con las pelusas de un bolsillo distraído. durante este proceso, el imperdible sufre, pues aparentar ser otro objeto es un esfuerzo enorme y no le gusta. es feliz siendo un alambre retorcido y no otra cosa. goza siendo usado o en compañía de otros como él. así que, si os aparece un imperdible en algún lugar extraño, recordad: no lo habéis encontrado porque no se puede perder. lo más probable es que vosotros mismos lo pusierais ahi y debéis devolverlo a la caja de costura de donde salió, esa en la que guardáis botones que nunca coseréis. no intentéis entender por qué, con los años, y sin que hayáis comprado nunca uno, cada vez haya más.

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