martes, 27 de noviembre de 2007

minicuento generado por una historia real


El gaitero le indicó al taxista que parara y se bajó del coche a orillas del Ebro. Se sentó a meditar sobre lo absurdo de estar mirando el reflejo de la luna en el agua, en lugar de mirarla directamente. Poco a poco empezó a quedarse quieto, muy quieto, intentando hacer un círculo con aquel reflejo móvil. Se asustó cuando le pareció ver dos ojos en medio de aquel disco irregular. Se frotó los suyos y volvió a mirar. Ahora ya no sólo veía los ojos, veía una boca, empezaba a perfilar una nariz. Un rostro hermoso se dibujó perfectamente bajo el agua. Se acercó al río y dispuso sus labios como para beber, pero en lugar de líquido, encontró el calor de otros labios. Una voz en su cabeza le susurraba: "ven". Se tiró de cabeza y allí pudo abrazar un cuerpo níveo. No le faltaba el aire. Todo desapareció excepto los brazos que le rodeaban. En el más profundo de los éxtasis, transcurrió el tiempo que se toma lo fantástico para devorar un poco de realidad. Exhausto y casi dormido, el gaitero fue depositado en la orilla. Un pequeño chapoteo le despertó y cogiendo la gaita, se dispuso a crear una hermosa melodía que sólo por una vez, sonó en aquel instrumento. Mientras miraba la luna en el cielo, se quedó dormido con el cuello echado hacia atrás. Aprovechando ese momento, un brazo se llevó la gaita al fondo del río y se susurró este conjuro: "no podrás recordar jamás esta noche, pero cuando oigas el sonido de la gaita cerca de un río, tus lágrimas brotarán sin contención y tus penas se irán hasta el mar".

se puede leer la historia aquí:
http://esonomelodicesenlacalle.blog.com/2337492/#cmts

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

ya lo he leído ... jiji!!!


sinceramente creo que es lo más bonito que le puede haber pasado a ese gaitero.... aunque poco probable .... (creo que es poco probable, porque me da miedito pensar que lo fuera .... :S)

besillos Albert

Anónimo dijo...

Bueno.
Creo que eres más romentico que yo. Mi romanticismo se acabó un día, aunque lo de una ninfa del rio...
A veces son mejores las mujeres soñadas. Solo se llevan las gaitas.