miércoles, 23 de abril de 2008

la historia del euro


andaba yo buscando mi última copa. llego a un bar con cola, como si fuera una sevillana en feria de abril, y me piden diez euros por entrar, con consumición. es todo mi capital, real, no tengo más. soy consciente de que me quedan 9'50 en una cuenta del banco de sabadell y 1'20 en otra de cajamadrid. de forma totalmente insospechada, me encuentro un cajero del banco de sabadell en pleno centro de madrid y me transfiero a mí mismo 9 euros a mi cuenta de cajamadrid para poder sumar los diez que necesito para terminar la noche. plan perfecto de no ser porque el banco de sabadell me cobra UN euro por cualquier transferencia y sólo me llegan OCHO a cajamadrid, y el cajero se niega a darme 9'20. qué triste es la vida del pobre...

2 comentarios:

Coral Herrera Gómez dijo...

vaya historia de la precariedad...¿tantas ganas tenías de tomarte la última?
putos bancos ladrones...
muchos besos te mando

Otra precaria más

albert dijo...

la historia, aunque verídica, no me ocurrió a mí, pero podría haberme pasado perfectamente