domingo, 27 de abril de 2008

la columna nocturna


tengo un don. cada quinientos pasos, noto un cierto calambre en el pie derecho y un extraño dolor en la columna. es un dolor de esos que se pasa sin gesticular, pero que se sienten de forma totalmente inolvidable sabiendo que volverá. al principio pensé que era una enfermedad, porque no entendía el momento en que aparecía. después pensé que era una maldición, pero no he cometido acto alguno para que nadie me maldiga de semejante forma. al final, por azar o porque el destino lo conjuró así, descubrí lo que ocurría. en ese momento se crea un agujero invisible o transparente, no lo tengo claro, que se queda esperando a que algún necio o malvado digno de ser engullido al infierno lo pise. cuando eso sucede, el desdichado cae al pozo profundo del averno y el mundo es un sitio mejor.

mañana empiezo a hacer footing alrededor del congreso de los diputados...

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